ESQUIZOFRENIA, BAJOS ASTRALES Y CANALIZACIÓN: POR ALTAÏR GARCÍA

En varias ocasiones me han preguntado por personas que sufren por escuchar voces, ver seres o entidades oscuras o tener contactos con entidades del bajo astral. Igualmente me preguntan personas que canalizan y tras un tiempo se dan cuenta que los seres con quienes contactaban no eran de luz. Todos estos casos se engloban en un nivel de vibración de los bajos astrales.
Primero de todo he de aclarar que nosotros vivimos en muchos planos y dimensiones a la vez las cuales están superpuestas una a la otra. Existen miles de seres y acontecimientos a la vez en un mismo lugar, todos ellos en diferentes “realidades” paralelas, planos de existencia o dimensiones.
No voy a tratar todos estos planos, pero sí decir que según nosotros centremos nuestra conciencia en un punto u otro, así estaremos más cerca de tomar contacto con una dimensión u otra. Por ejemplo, nosotros convivimos muy entremezclados con dos dimensiones muy diferentes a la nuestra, por un lado el plano astral (4ª dimensión) con sus diferentes niveles vibratorios y por otro lado el plano álmico o casual (5ª dimensión) con la multitud de seres angélicos que nos protegen y nos acompañan.
Cuando una persona elige centrarse en un plano es más probable que tenga contactos con ese plano, y esto no tiene porque ser a través de la atención sino a través de la energía de la persona, a través de la forma de actuar, pensar y sentir, lo cual viene inducido por nuestro Yo Superior para hacer un trabajo de transmutación en una de nuestras tantas ramificaciones existenciales, dicho de otra manera, para trabajar en asuntos por resolver.


En este tiempo más que nunca se están abriendo capacidades a las personas, son capacidades psíquicas que nos acercan a estos diferentes planos. En algunos casos las personas empiezan a “ver” cosas que no corresponden con la realidad, en otra son pensamientos ajenos lo que perciben, a veces voces o incluso se puede llegar a sentir el roce de entidades sutiles. Esto está ocurriendo ajeno al trabajo personal, esta realidad, este despertar de la conciencia de diferentes planos sutiles responde al cambio de ADN y a las nuevas energías que están llegando, que nos obligan a hacer un trabajo de purificación, y de integridad para con nosotros mismos.
Muchas personas realmente no se han preparado ni se han concienciado de lo que está ocurriendo y eso hace que cuando los planos sutiles “exigen” atención y hacen acto de presencia en nuestra conciencia, aunque sea por instantes, las personas queden desconcertadas, tengan pavor, o se dejen llevar por las falsas impresiones de esos bajos astrales, muchas veces engañadores.
Estamos a tiempo de darnos cuenta que esto va a más, no el contacto con el bajo astral, sino la superposición de planos sutiles de existencia, la fusión intermitente de todas nuestras manifestaciones multidimensionales. Por ello es necesario un trabajo a fondo sobre nuestras emociones, conductas y personalidad a fin de liberarnos de todo aquello que nos pueda atar a vibraciones densas o molestas, las cuales el propio Cosmos nos está exigiendo su transmutación para poder dar un paso hacia una nueva era.
En el plano astral, igual que en toda la 4ª dimensión, todo es mente. Todo pensamiento, idea o emoción crea una realidad al instante. Por ello el miedo, al instante, engendra más miedo; el miedo a formas horribles crea formas horribles, el valor crea fortaleza, el deseo y la pasión crean figuras etéricas emocionales que alimentan más el mismo deseo. El bajo astral es un plano de disfraces y camuflajes y todo aquello que allí se ve no es más que una manifestación de pensamientos y emociones en sus diferentes formas. No hay belleza en el bajo astral, no hay amor, más que la belleza ilusoria o un amor ilusorio creados con un pensamiento egoico.
En el alto astral, en cambio, una realidad llena de luz y color es creada a través del amor. Los reinos más sutiles de los elementales habitan y recrean el alto astral junto con miles de personas con sus pensamientos positivos y emociones armoniosas.
Sin embargo, cuando una persona empieza a tener contacto con el bajo astral y permite que los miedos y las emociones le empujen a esta realidad, puede tardar mucho en salir de esa situación porque, el hecho de que haya entrado, es que se cree que esa realidad paralela es real y no logra combatir contra el miedo o la ansiedad. Por ello es importante actuar rápido, la persona ha de darse cuenta que todo lo que ve, siente o percibe es liberado y fortalecido desde su propia mente y su propio sistema de creencias.
Erróneamente mucho tiempo se ha pensado que entidades del bajo astral podían controlarnos, mover objetos o incluso matar a una persona, todo esto es irreal, y es la propia mente con su fuerza la que está haciendo que sea posible, no las entidades ni el propio bajo astral, si no la persona o personas que creen que esto es posible.
En el bajo astral sí habitan miles de entidades de muchos tipos, desde personas a medio camino enganchados en emociones de miedo o apego hasta astrales de antiguas personas que intentan permanecer en vida “eternamente”.
La mayor parte de las entidades del bajo astral son creaciones de las personas, son creaciones mentales y emocionales y es muy común encontrar a una persona que alimenta una emoción continuamente, acompañada por una entidad que ella misma ha creado, una entidad que se alimenta de la energía de dicha emoción.
Aún si las emociones deben considerarse dentro de su naturalidad humana, cualquier emoción puede derivar en un exceso o desequilibrio y convertirse en una puerta para la recurrencia o adicción, mental y químicamente, esto se ha demostrado. Y esto no es ni bueno ni malo, es la gran enseñanza de la vida y el reto constante de buscar el equilibrio en nosotros a través del fluir. Cuando las emociones se “disparan” o nos hacen perder la visión objetiva de la realidad, se pueden denominar emociones “negativas”, así se trate de una depresión, de la ansiedad, el miedo, los deseos descontrolados, las cuales nos atan a este tipo de realidades del astral que favorecerán aún más la recurrencia de dichas emociones.
Es importante por ello guardar la calma y simplemente salir de esta situación emocional y mental, no alimentarla más y no permitir más “ruido mental” que favorezca la presencia de entidades.
Las claves para despegarse de bajos astrales son: silencio interior, calma y contacto con la realidad tridimensional.
Cuando la persona vuelve a “pisar tierra”, comprendiendo que las emociones y los pensamientos no mueven el mundo más allá de lo que nosotros permitimos, cuando aprende a dejar a un lado la ceguera y este ruido interno constante que nos aleja de la vida cotidiana, entonces comienza a vivir de nuevo la vida y rápidamente las voces, las sensaciones, y todo contacto con planos inferiores desaparece.
Es importante señalar que el mantenerse ajeno a la realidad terrenal y entrar en intromisiones o procesos de interiorización largos, hace que se abran más los canales a otras realidades. El aislamiento nos conduce a encontrarnos con nosotros mismos, ya sea en planos elevados o inferiores, y somos nosotros quienes, según nuestro estado, accederemos a una parte de nosotros o a otra. Por ello es muy común la tendencia de personas con contacto al bajo astral de no dormir por la noche, no salir de casa, no bañarse…
El hecho de no querer bañarse o lavarse, de hecho es una clave para comprobar si hay entidades pegadas a la persona o que la rondan. Cuando tomamos contacto con agua, se limpian los canales y tomamos más conciencia de quiénes somos y donde estamos. Rápidamente podemos reconocer el contacto con estas entidades y también librarnos de ellas. Por ello una pregunta clave a una persona que está saliendo de situaciones negativas es si se ducha a diario o cada cuánto tiempo se asea.
El trasnochar también es una clave señal negativa a este respecto. Cuando una persona vive de noche, no logra dormir, o duerme por el día, entonces los procesos mentales se alteran y los niveles de melatonina cambian produciendo un declive la actividad mental. La persona no puede razonar de igual manera, pierde memoria, visión objetiva, posteriormente mal humor, tensión, ansiedad… Muchos problemas de depresión o problemas mentales más graves se sanarían con sólo dormir por la noche y vivir el día con la luz del sol.
No es de extrañar ante esto que las entidades del bajo astral prefieran mantener a una persona despierta toda la noche, y es en la noche, sobre las 12 ó 1 de la madrugada cuando más mensajes recibe o más actividad y nervios tiene.
En casos extremos se me ha preguntado por personas que arrastraban procesos emocionales muy viciados de años atrás, por ejemplo la adicción al sexo, trabajos de canalización con bajos astrales durante mucho tiempo, tendencia a trabajar en procesos mentales con naves y extraterrestres paralelo a sensaciones y visiones de abducciones negativas y colocación de implantes… Son ejemplos de tendencias que las personas cogen, y cada uno es responsable de librarse de ellas o no. Cuando durante muchos años ya se ha cogido el hábito, nuestro cuerpo mantiene entonces una adicción a la emoción y necesitamos claramente repetir la experiencia una y otra vez, pero toda adicción puede ser sanada con trabajo personal, sólo hay que empezar pero de una forma consciente y sincera ante nuestro problema.
En el caso de que haya egregores ya muy enganchados a la persona, algo muy común en la adicción al sexo, es necesario tener en cuenta lo que está ocurriendo, lo que estamos permitiendo con nuestra actividad continuada y hasta qué punto nos está afectando psíquica, física y emocionalmente esta actitud en la vida y en nuestra conciencia.
Consejos prácticos para personas que estén sufriendo contactos con bajos astrales o procesos mentales alterados:
-Abandonar todo trabajo de interiorización por un tiempo
-Centrarse en el día a día, en cosas prácticas y a ser posible que requieran esfuerzo físico
-Tener una mayor actividad física
-Ducharse a diario y tener contacto con el agua
-Dormir por la noche y vivir por el día
-Madrugar, a ser posible despertarse con el sol
-Comunicarnos con otras personas
-Abrazar un árbol y/o sentir la tierra
-Alimentarse de una forma sana y regular, intentando tomar un extra de Omega 3
-Pasear, correr o realizar cualquier actividad que acabe con la desidia y la pereza
-Trabajar el silencio interior y la paz en uno mismo
-Trabajar la templanza y dejar a un lado las emociones más pasionales que no nos dejan ver racionalmente
Una vez la persona se siente bien consigo misma, esto no tiene porque tardar mucho en casos que no sean graves o con tratamientos psiquiátricos, entonces puede recordar el tiempo que ha estado mal e intentar comprender qué ocurrió de una forma mucho más objetiva. También comprender cuál es el estado de bienestar físico y mental para poder acceder a él más adelante.



Canalización
Para las personas que canalizan y se encuentran en problemas de contactos con bajos astrales, para poder tener un contacto continuado con otros planos es necesario prepararse internamente para mantener “limpio” el canal. Esta preparación no es solamente externa sino también interna.
Hay que mantenerse ajeno de juicios y pensamientos negativos que puedan perjudicarnos, alejar los rencores, limpiar el corazón de rabias, sentimientos de venganza o miedos ante los demás. Permitir en nosotros la transparencia pues si queremos entrar en planos elevados de conciencia, nosotros, debemos hacer un esfuerzo para estar en un nivel adecuado. Evitar tomar cualquier tipo de droga, alcohol y a ser posible de alimentos cárnicos. Trabajar, ante todo, la templanza y el equilibrio emocional. Esto sobre todo nos podrá ayudar para poder ayudar a otras personas y a canalizar seres más elevados. Una persona que se deja arrastrar por las emociones fácilmente sin poder controlarlas, o que se implica emocionalmente en el trabajo, no podrá ayudar en casos especiales.
Y por último y muy importante, para el trabajo personal dirigido a canalizaciones de luz, evitar el miedo y trabajar la sinceridad, la trasparencia. Nosotros no podemos autoengañarnos en caso de que algo vaya mal, debemos ser sinceros con nosotros mismos para poder encontrar una solución a lo que ocurre, ser íntegros con nuestro trabajo y con nosotros mismos.
Tras esto, es común trabajar la visión y la percepción sutil para poder percibir mensajes que no se dan por palabras o para los cuales es necesario que nos proyectemos mentalmente a otros lugares, pero esto ya es un trabajo secundario.
Sobre la canalización, el mejor momento para canalizar es la madrugada, sobre las 4 a 8 de la mañana dependiendo de la zona geográfica. Por ejemplo en América, las 4 ó 5 de la mañana es una hora muy adecuada para trabajar internamente pues el cuerpo ya ha descansado justo lo adecuado y la mente está despejada y limpia, igualmente las energías en la mañana están renovadas y favorecen cualquier trabajo espiritual. En Europa el trabajo empezaría sobre las 6 ó 7 dependiendo de la zona horaria y la estación del año.
En algunos casos la persona insiste en canalizar cuando una y otra vez cae en problemas de bajos astrales o comunicaciones erróneas. Es necesario que nos demos cuenta que el error no está fuera de nosotros, sino en nuestro interior, algo habrá que cambiar en esta comunicación para que no ocurra más.
Una canalización de luz comienza desde el corazón, no desde la mente, debemos entrar en contacto con nuestra propia alma, nuestra alegría interior. No dejarnos arrastrar por emociones densas, aunque sean placenteras, y especialmente cuidado con éstas, se notarán la influencia por el plexo solar, pues pueden ser provocadas por entidades del bajo astral. Se debe sentir la paz y el silencio del corazón, un silencio completo, que nos llena y nos permite ver la luz en nosotros mismos. Un silencio interior que, para un canalizador, ha de durar al menos 10 segundos.
Tras esto, tras este silencio y este sentimiento de paz, podemos percibir claramente la diferencia entre los seres que se nos acercan, sentir la presencia angélica, el canal cómo se abre y se cierra…
Cuando deseamos acceder a planos diferentes al físico suele ser porque estamos recibiendo un llamado interior para adentrarnos en estos planos, pero es labor nuestra hacer un trabajo de purificación y sanación que nos permita acceder a planos sutiles elevados y no planos inferiores.
Igualmente, cuando una persona abre el canal, se convierte en una especie de lámpara o señal luminosa que según sea más o menos potente el canal, se podrá percibir desde más o menos planos o dimensiones paralelas, es un llamado desde la persona a los diferentes seres para la canalización. Este llamado no depende de la invocación utilizada, ni del ritual elegido para entrar en canalización, depende sobre todo de la misma persona, su intención auténtica en la canalización y su sentimiento más o menos puro.
Ante todo debemos recordar que los ángeles están esperando, aguardando el momento en que estemos preparados para poderse comunicar con nosotros. Ellos nos aman y aunque sea un segundo lo que pueden acceder a nosotros con su abrazo de amor, por nada desaprovecharían la ocasión. El darnos una señal de luz, como un momento de claridad o un fuerte sentimiento de reconocimiento, de paz, de alegría… se colocan a nuestro lado día y noche y esperan pacientes que estemos preparados para este contacto de amor.
No nos juzgan, ni nos critican, ni nos censuran, simplemente esperan el momento adecuado para abrazarnos con su energía.
En caso de que estemos preparados, nos hablan y nos acompañan en viajes celestes maravillosos, o nos muestran la respuesta con claridad para que podamos entenderla y sentirla.
Lo último que se debería esperar por nuestra parte es comenzar a preguntar a nuestro ángel por nuestros problemas mundanos y tridimensionales totalmente ajenos a los asuntos del corazón, pues a estas preguntas, alguien que tanto nos ama, no puede respondernos.
El afán de respuestas e información no es del alma, es de la mente o del ego, y los ángeles nunca hablan al ego, hablan siempre al corazón. Nos hemos acostumbrado durante mucho tiempo a dar importancia a la mente olvidando lo esencial, y ahora es momento de recordar que la mente no nos da de comer, no nos soluciona los problemas, no nos ayuda a entender la vida, más bien es una herramienta que sólo nos permite ver un subconjunto microscópico de la realidad, pero con eso ya es más que suficiente.
La solución a todos nuestros problemas la podemos hallar en el silencio interior del corazón, la fe, el amor, la fuerza de voluntad, la comprensión superior, todo lo que necesitamos para vivir de una forma consciente haciendo un día a día que nos haga sentirnos completos, no está en la mente, sino que está en el corazón.
Os amo, muchas gracias por ser.

ESCRITO POR ALTAÏR GARCÍA EN SU BLOG http://www.mensajesespirituales.es/